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LA IMPORTANCIA DE LA VITAMINA D EN INVIERNO

La importancia de la vitamina D en invierno

¿Lo sabes todo sobre la vitamina D? 

La vitamina D es un nutriente muy importante en nuestra dieta y sobre todo en los meses de invierno, donde disminuye la exposición al sol. Es esencial para la salud de los huesos. Además, es importante destacar que la insuficiencia de vitamina D, es común en todo el mundo.

Pertenece al grupo de vitaminas liposolubles, solubles en lípidos pero no en agua, y por tanto, transportadas generalmente en la grasa de los alimentos. Sin embargo, además de ser una vitamina, es considerada una hormona debido a que se obtiene principalmente por síntesis cutánea a través de la exposición solar.

¿Qué funciones tiene? 

La vitamina D tiene muchas propiedades saludables para el organismo. Contribuye al mantenimiento de los niveles normales de calcio en la sangre y a la absorción y utilización normal del calcio y el fósforo. Además, contribuye al mantenimiento de los huesos y dientes en condiciones normales, al funcionamiento normal de los músculos y también del sistema inmunitario. Por último, también es importante para nuestras células ya que contribuye al proceso de división celular.

¿Cómo se obtiene y por qué es tan importante en invierno?

Esta vitamina se encuentra principalmente en dos formas: ergocalciferol o vitamina D2 y colecalciferol o vitamina D3, con diferentes fuentes de obtención.

La vitamina D2 no puede ser sintetizada por el hombre, pero se puede obtener a través de las plantas y de suplementos que hayan sido fortificados. Por otro lado, la vitamina D3 se obtiene principalmente a través de la síntesis cutánea por la radiación ultravioleta y representa aproximadamente el 90% del total de la vitamina D en plasma (dependiendo de la exposición al sol). La vitamina D3 se sintetiza en la piel a través del 7-dehydrocolesterol y también se puede obtener a través de la dieta, de fuentes animales y complementos si fuera necesario.

Dado que la vitamina D se obtiene principalmente por el sol, es importante no olvidarnos de ella en invierno. En la época invernal, tanto la cantidad como la calidad de la radiación solar es menor. Se estima que se necesita alrededor de 4 veces más tiempo de exposición solar de lo que se necesitaría en verano, para obtener niveles saludables de vitamina D.

Fuentes dietéticas de vitamina D

Teniendo en cuenta la menor disponibilidad de luz solar y la menor exposición a ella, es importante conocer también las fuentes dietéticas de vitamina D. Algunas de las mejores fuentes de vitamina D son los pescados azules y sus aceites, los productos lácteos y la yema de huevo. Algunos hongos proporcionan vitamina D2 en cantidades variables. Para satisfacer las necesidad diaria de esta vitamina en personas que por ejemplo, no estén suficientemente expuestas a la luz solar o en personas con algún tipo de malabsorción, se puede recurrir a alimentos fortificados y complementos para evitar posibles déficits.

Recuerda: Seguir una dieta variada y equilibrada introduciendo todos los grupos de alimentos según las recomendaciones establecidas por las sociedades científicas.

MEDICIEN: PREVENCIÓN EN EL MES DEL CORAZÓN

Prevención en el mes del corazón

Aunque existe una sustancial mejoría en los resultados de la enfermedad cardiovascular aterosclerótica en las últimas décadas, ésta sigue siendo la causa principal de mortalidad a nivel mundial.

En nuestro país, según los últimos datos del INE, durante el año 2020, aún considerando la crisis sanitaria por pandemia COVID-19, las enfermedades cardiovasculares representaron la primera causa de mortalidad en Chile con un 21.6% del total de las defunciones, principalmente debido a accidente cerebrovascular e infarto agudo al miocardio. Le siguen en frecuencia los tumores malignos (21,2%), COVID-19 (17,9%) y las enfermedades del sistema respiratorio (8,2%), entre otras.  Es importante dar a conocer que, de acuerdo con la OMS, aproximadamente 70% pudieron haber sido prevenidas mediante la corrección de un pequeño número de factores de riesgo potencialmente modificables.

Sabemos que la enfermedad aterosclerótica se desarrolla de forma silente, lentamente progresiva desde edades muy tempranas y que a veces, su primera manifestación puede ser aparecer de forma súbita con un evento irreversible: muerte, infarto al miocardio o accidente cerebrovascular. Mucho de esto es atribuible a la subóptima implementación de estrategias de prevención y la falta de control de los factores de riesgo cardiovasculares en la población adulta.

Los factores de riesgo cardiovasculares clásicos como la diabetes, hipertensión arterial, dislipidemia, tabaquismo, obesidad y sedentarismo continúan siendo los de mayor impacto en la enfermedad cardiovascular y no sólo son elementos clave en todo este proceso, sino que, además, en general son modificables y su adecuado control reduce drásticamente la aparición de eventos cardiovasculares adversos.

De acuerdo con la última Encuesta Nacional de Salud 2016-2017, existe un 27% de sospecha de hipertensión y un 13% de sospecha de diabetes en la población chilena. El 33,3% de los chilenos fuma. El 86,7% de la población es sedentaria. El 39% tiene sobrepeso, el 31,2% es obeso y el 3,2 % es obeso mórbido, lo cual es alarmante y con la pandemia en curso, estas cifras probablemente han empeorado. Es imperativo empezar a enfocarnos en la prevención y en el tratamiento de estos factores de riesgo modificables, para lograr disminuir tanto la morbilidad como la mortalidad de causa cardiovascular.

La elevación de la presión arterial es uno de los factores de riesgo modificables más potentes para la enfermedad cardiovascular.  Los beneficios de la terapia de reducción de la presión arterial en la reducción de accidentes cerebrovasculares, infarto agudo al miocardio, insuficiencia cardíaca y mortalidad han sido demostrados en numerosos estudios.

La disglicemia, alteración en el metabolismo de la glucosa, habitualmente existe en el contexto de otras anormalidades metabólicas, incluida la obesidad, dislipidemia e hipertensión, todos factores directamente implicados en la aterotrombosis. El riesgo cardiovascular asociado a la diabetes empieza antes de que se llegue a estados de hiperglicemia.

En personas con intolerancia a la glucosa, el desarrollo de diabetes puede ser retrasado o prevenido. En pacientes con diabetes, los eventos cardiovasculares pueden ser prevenidos con un buen control de los factores de riesgo cardiovascular. Sin embargo, la prevalencia de diabetes está incrementando en la mayoría de los países, debido principalmente, a malos hábitos alimentarios y falta de actividad física.

Tanto la reducción de la presión arterial como el control de la disglicemia se pueden obtener a través de modificación del estilo de vida y terapias farmacológicas.

Es de suma importancia en la prevalencia de estos factores de riesgo el actual estilo de vida de la población, que incluye una inadecuada alimentación, tabaquismo, inactividad física y estrés, los cuales contribuyen al desarrollo de la aterosclerosis y el aumento de las enfermedades cardiovasculares.

El tabaquismo sigue siendo el factor de riesgo modificable más importante en la prevención de la mortalidad prematura y de años de vida ajustados por discapacidad y el cese del tabaquismo sigue siendo la estrategia más costo efectiva en la prevención de la enfermedad cardiovascular. Existen distintas estrategias implementadas para el cese del tabaquismo como restricciones gubernamentales y regulaciones estatales para lograr el objetivo. Los pacientes fumadores que deseen dejar el tabaquismo deben recibir asistencia profesional si es necesario.

Por años, se ha investigado la asociación entre dieta y enfermedad cardiovascular, enfocado en nutrientes individuales como el colesterol, tipos de grasas, vitaminas y minerales específicos. Estos estudios nos han dado información valiosa, pero han creado confusión y mitos en la población que han hecho del manejo dietario un problema global.  Eso ocurre porque las personas consumen alimentos y no nutrientes.

Las recomendaciones para una dieta saludable son:

  • Consumir más frutas, verduras, nueces y semillas. Recomendación porciones diarias: 2 porciones de frutas, 2-3 porciones de verduras y 1 porción de nueces/semillas al día.
  • Limitar el consumo de grasas saturadas a menos del 10% del total de las calorías diarias.
  • Usar aceites vegetales ricos en grasas poliinsaturadas y monoinsaturadas, como aceites de canola y oliva extra virgen.
  • Limitar el consumo de granos refinados y azúcar. Preferir el consumo de granos integrales.
  • Consumir 1 a 2 veces por semana pescado, de preferencia altos en grasas como sardinas, atún, salmón, pejerrey y trucha.
  • No consumir carnes procesadas; limitar el consumo de carnes rojas a 2 a 3 veces por semana.
  • Evitar alimentos hechos con aceites vegetales parcialmente hidrogenados y ácidos grasos trans, como galletas, pasteles, margarinas, crema, chocolates, snacks salados como papas fritas y similares, etc.
  • Evitar el consumo de bebidas azucaradas.
  • Limitar la ingesta de sodio a máximo 5 gr de sal al día, lo que equivale a una cucharadita rasa.
  • Si consume alcohol; limitar a 2 copas al día en hombres y 1 copa en mujeres.

En cuanto al ejercicio físico, este es crucial en todas las estrategias de prevención cardiovascular, recomendada desde la infancia y debe transformarse en una actividad esencial a lo largo de la vida.  Niños y adolescentes deben hacer mínimo 30-45 minutos de ejercicio diario y mantenerse hacia la adultez. La recomendación en adultos es de 150 minutos de actividad aeróbica moderada o 75 minutos de actividad vigorosa semanal o una combinación de ambas.

Dada la magnitud de la patología cardiovascular y considerando las secuelas que ello conlleva, es de vital importancia la implementación de estrategias de prevención en todos los niveles para así lograr la identificación de personas que están en riesgo y poder hacer una intervención en el control de los factores de riesgo cardiovascular y  la adopción de estilos de vida saludable, los cuales son fundamentales en la prevención la enfermedad cardiovascular y eventos cardiovasculares mayores.

¡Te invitamos a controlarte en Medicien para prevenir la aparición de enfermedades cardiovasculares y mejorar tu calidad de vida! Contamos con un equipo multidisciplinario con médicos generales, médicos de familia, cardiólogos, nutricionistas, entre otros servicios especializados para ofrecer la mejor atención para ti.

Dra. Denisse Lama
Cardióloga
Presidenta del Departamento de Prevención Cardiovascular de la Sociedad Chilena de Cardiología.

SALUD MENTAL DE NIÑOS DURANTE LA PANDEMIA

Salud mental de niños durante la pandemia

 

Los niños, niñas y adolescentes son más sensibles a los cambios y por eso es fundamental reconocer precozmente alteraciones de sus conductas y otros trastornos de salud mental.

Si consideramos que los niños se encuentran en pleno proceso de crecimiento y que aún no han desarrollado del todo estrategias para afrontar el estrés que ha causado la pandemia por Covid-19, los hace particularmente vulnerables a alteraciones en su salud mental.

El encierro, la disminución de interacciones sociales y la imposibilidad de hacer actividades del interés de cada niño, se relaciona con la aparición de síntomas que es importante reconocer a tiempo. Aquí te dejamos algunos:

Bebés, niños pequeños de 1 a 3 años

  • Irritabilidad, sobresaltos, llantos con mayor frecuencia y  mayor dificultad para consolarlo.
  • Problemas para conciliar el sueño y despertarse más durante la noche.
  • Problemas de alimentación, más reflujo, estreñimiento o heces blandas, nuevos dolores de estómago.
  • Ansiedad de separación, parece más apegado, retraído o vacilante de explorar.
  • Golpea, se frustra, muerde o tiene berrinches con más frecuencia o más intensos.
  • Moja la cama después de haber aprendido a ir al baño.
  • Expresa necesidades urgentes y al mismo tiempo parece incapaz de sentirse satisfecho.

Niños mayores y adolescentes

Pueden mostrar señales de angustia con síntomas como:

  • Cambios en el estado de ánimo que no son comunes en tu hijo, tales como continua irritabilidad, sentimientos de desesperanza o furia/ira y conflictos frecuentes con sus amigos y familia.
  • Cambios en el comportamiento, como alejarse de las relaciones personales.
  • Pérdida de interés en las actividades que disfrutaba antes.
  • Se le dificulta dormir o permanecer dormido, o está durmiendo a todas horas.
  • Cambios de peso o patrones alimentarios, tales como no tener hambre o comer todo el tiempo.
  • Problemas de memoria, de razonamiento o concentración.
  • Menos interés en sus tareas escolares y una decaída en su esfuerzo académico.

Recomendaciones para los padres 

Acá les dejamos algunas recomendaciones para enfrentar estos problemas o síntomas en caso de presentarse en tus hijos.

  • Estar atentos a síntomas como miedos incontrolables, ansiedad de difícil manejo, tristeza intensa o aumento notorio de la irritabilidad.
  • Considerar las alteraciones del sueño y la alimentación.
  • Consultar a un psicólogo o psiquiatra para tener un diagnóstico.
  • Evaluar una intervención psicológica a distancia o tele psicología en el ámbito de la prevención, acompañamiento y psicoeducación, así como en procesos de psicoterapia como complemento al tratamiento psicológico tradicional o presencial.

Fuente: https://www.uss.cl/blog/ninos-pandemia-salud-mental/

HÁBITOS SALUDABLES EN TIEMPOS DE PANDEMIA

Hábitos saludables en tiempos de pandemia

 

¿Pandemia?

Un concepto que conocíamos teóricamente pero que nos hemos visto obligados a incorporar en nuestro vocabulario y a nuestras vidas hace ya más de un año, influenciando cada una de nuestras acciones. Desde las más simples hasta las más complejas, teniendo efectos físicos, psicológicos, sociológicos, entre otros. Obviamente nuestros hábitos de alimentación y actividad física no son la excepción y también se han visto afectados.

En un comienzo pensamos que serían solo unos meses hasta poder manejar la pandemia y volver a la vida “normal”, pero nos fuimos dando cuenta que esto no fue y no será así, y que probablemente tendremos que acostumbrarnos e ir adaptándonos a esta nueva “normalidad” por mucho tiempo más. El convivir con incertidumbre, cambios en las indicaciones periódicamente, el “no saber que hacer”, no tener claro cómo vivir con una pandemia; nos ha llevado a encerrarnos, y muchos sencillamente dejaron de realizar actividad física, entre  otras cosas que hemos tenido que “dejar de hacer”.

Nuestro sistema nervioso y estado mental también se han visto afectados, aumentando las ansiedades, angustias, encierros, incertidumbres, etc., lo que a su vez se manifiesta y comienza a impactar en nuestra ingesta de alimentos, tanto en cantidad como en calidad.

De esta forma, la ansiedad nos lleva muchas veces a consumir porciones más grandes, alimentos más calóricos, con mayor contenido de grasas y/o azúcares, lo que en conjunto con la disminución de la actividad física ha desmejorado nuestra salud mental; generando depresión, ansiedad, angustia, problemas de autocontrol, de soledad, etc., y problemas de salud física, como aumento de peso, descompensaciones de enfermedades crónicas no transmisibles (hipertensión, diabetes, prediabetes, problemas de resistencia a la insulina, dislipidemia o problemas de colesterol, entre otras).

Mucha gente piensa que la alimentación en pandemia debiese ser algo “específico” para esta situación, pero la verdad es que siguen siendo importantes los mismos consejos para lograr llevar una alimentación saludable y equilibrada como base para gozar de buena salud. Pudiendo agregar consejos para mantener un sistema inmune mejor preparado, como consumir alimentos altos en vitamina C, frutas y verduras para el consumo de diversas vitaminas, minerales y fibra que ayuda a mejorar la flora bacteriana, alimentos altos en antioxidantes y probar algunos probióticos también para mejorar la flora bacteriana del organismo. Sin embargo, el resto de las recomendaciones son las mismas que para la población general en cuanto a alimentación y actividad física como hábitos saludables.

A continuación, dejamos recomendaciones para mantener una alimentación saludable (siempre, y también en pandemia).

  • Respeta tus horarios de comida (pueden ser cada 3-4 hrs o menos seguido según tus hábitos, pero no te saltes comidas/colaciones).
  • Evita sentarte a comer mientras realizas otra actividad (ver TV, trabajar en el computador, etc).
  • Consume 2-3 porciones de frutas al día (1 porción = 1 fruta mediana o 1 taza de fruta).
  • Consume 2 porciones de verduras al día (1 porción = 1 plato de pan).
  • Consume legumbres ojalá 2 veces a la semana (porotos, lentejas, garbanzos).
  • No dejes de consumir carbohidratos (papas, arroz, pan, fideos), pero controla la cantidad.
  • Prefiere carnes de bajo contenido graso (pollo, pavo sin piel, posta rosada o negra, filete de vacuno o cerdo).
  • Consume pescados grasos (trucha, salmón, sardina, atún) ojalá 2 veces por semana.
  • Prefiere aceites de buena calidad (canola, maravilla, oliva, palta) en vez de grasas no saludables (mayonesa, manteca, mantequilla).
  • Si consumes frutos secos, que sean sin sal, ni confitados y modera su consumo, estos tienen alto contenido de calorías (porción = 3 nueces, 10-12 almendra o maní).
  • Evita o no consumas frecuentemente alimentos altos en azúcar y grasas saturadas (chocolates, dulces, pasteles, tortas, galletas, barras de cereal, etc).
  • Mantente hidratado diariamente (6-8 vasos de líquido al día como mínimo).
  • Prefiere alimentos caseros.

Adicionalmente no podemos dejar de mencionar otros puntos igual de importantes que nos permitirán, en conjunto, mantenernos más saludables.

Recomendaciones de actividad física.

Siempre considera que, si nunca o hace mucho tiempo que no has hecho actividad física, o tienes alguna lesión, o patología que se pueda ver afectada, debes consultar con un médico antes de iniciar.

  • Realiza al menos 150 minutos de actividad física moderada a la semana (adultos de 18 y más años) para mantenerte saludable. Puede ser caminata, bicicleta, bici estática, trote, baile, etc. (recuerda que hay una amplia gama de sitios de ejercicios para buscar en internet, solo cuida las posturas e intensidades para evitar lesiones).
  • Si quieres tener aún mejores resultados, puedes aumentar a 300 minutos semanales de actividad moderada o bien 150 min de actividad intensa.
  • Puedes dividir las sesiones de ejercicios, pero no menos de 10 minutos por vez.
  • Intenta incorporar ejercicios de fuerza (2-3 veces por semana en días no consecutivos), de resistencia (min 2-3 veces por semana) y de elongación (diariamente).
  • En el caso de niños deben mantenerse constantemente activos, saltar, jugar, correr, etc. (en casa, pueden hacer circuitos con cojines, bancas, sillas, usar calcetines, cuerdas, etc.).

Si trabajas o estudias desde casa.

  • Pon un límite a los horarios que dedicas al trabajo o estudio.
  • Idealmente mantén un lugar de la casa destinado para estudio/trabajo.
  • Planifica un tiempo para pausas (5-15 min, 2 veces al día), si son pausas activas, mejor aún (elonga, muévete, camina).
  • Planifica tiempo para realizar otras actividades que disfrutes (tiempo en familia, con mascotas, para leer un libro, hacer ejercicio, cantar, bailar, jugar, etc). Idealmente no frente a pantallas.
  • Destina las horas suficientes para dormir (7-8 hrs para un adulto). Un buen descanso es imprescindible para poder funcionar.

Si trabajas/estudias presencialmente

  • Intenta desconectarte del trabajo/estudio cuando llegas a casa.
  • Realiza mínimo 1-2 veces por semana alguna actividad que te guste, te relaje.
  • Destina las horas suficientes para dormir (7-8 hrs para un adulto). Un buen descanso es imprescindible para poder funcionar.

Escrito por Natalia Ciutat
Nutricionista de Medicien.

SALUD MENTAL EN PANDEMIA: CONSEJOS PARA DISMINUIR LOS NIVELES DE ESTRÉS

Consejos para disminuir los niveles de estrés

 

El Covid-19 ha tenido un efecto enorme en nuestras vidas. Muchos se enfrentan a retos que pueden ser estresantes, abrumadores y provocar emociones fuertes en adultos y niños.

El distanciamiento social es necesario para reducir la propagación del Covid-19, pero muchas veces pueden hacernos sentir aislados y aumentar el estrés y la ansiedad.

El estrés puede provocarnos:

  • Sentimientos de temor, enojo, tristeza, preocupación o frustración.
  • Cambios en el apetito, los niveles de energía, deseos e intereses.
  • Dificultad para concentrarse y tomar decisiones.
  • Dificultad para dormir o tener pesadillas.
  • Reacciones físicas como dolores de cabeza, dolores corporales, problemas estomacales y sarpullido.
  • Agravamiento de problemas de salud mental.

Es normal sentir estrés, ansiedad, angustia y preocupación durante la pandemia del Covid-19.

Existen muchas maneras de manejar el estrés. Te dejamos algunas para que puedas probarlas:

  • Reconoce las cosas que no puedes cambiar. Aceptar que no puedes cambiar ciertas cosas te permitirá dejarlas ir y no alterarte.
  • Evita situaciones estresantes. Siempre que te sea posible, aléjate de la fuente del estrés. Por ejemplo, si tu familia discute durante esta pandemia, date un descanso, escucha música o haz algo que te distraiga y relájate.
  • Haz ejercicio. Realiza actividad física lo más frecuente que te sea posible durante esta pandemia. Al hacer ejercicio, tu cerebro libera químicos que te hacen sentir bien. Debes hacerlo por al menos 30 minutos al día.
  • Cambia tu perspectiva. Intenta desarrollar una actitud más positiva ante los desafíos. Debes hacerlo reemplazando los pensamientos negativos con pensamientos más positivos.
  • Aprende nuevas maneras para relajarte. Las técnicas de relajación te ayudan a disminuir el ritmo cardiaco y reducir la presión sanguínea. Existen muchos tipos, desde respiraciones profundas y meditación como yoga y taichí.
  • Conéctate con tus seres queridos. No dejes que el estrés se interponga entre tu familia y tu vida social. Haz videollamadas y pasa tiempo con tus familiares y amigos. Esto te ayudará a sentirte mejor.
  • Duerme lo suficiente. Descansar suficientemente durante la noche puede ayudarte a pensar con más claridad y a tener más energía. Intenta dormir entre 7 y 9 horas todas las noches.
  • Mantén una dieta saludable. Comer alimentos saludables te ayuda a darle energía a tu cuerpo y mente.
  • Aprende a decir que no. Si tu estrés viene de realizar demasiadas tareas en casa o en el trabajo, aprende a establecer límites. Pide ayuda a los demás cuando lo necesites.

 

 

 

MEDICIEN: PROCESO DE UN SUEÑO SANO

Proceso para obtener un sueño sano

 

¿Por qué dormimos? Una interrogante cuya respuesta se pierde en el eco de reflexiones científicas y literarias. Basta recordar refranes del día a día: “A quien madruga Dios le ayuda” o “Camarón que se duerme se lo lleva la corriente”. Pero también existe: “No por mucho madrugar, amanece más temprano”.

La ciencia viene entonces a inclinar la balanza en favor de dormir y conocer los beneficios de “proceso de sueño – vigilia” sano, que presentamos a continuación:

  • Sistema nervioso autónomo: este sistema es el responsable de controlar todo lo “involuntario”. Explico: frecuencia cardíaca, presión arterial, sudoración, tránsito intestinal, entre otros. ¿Quién no se ha sentido mal luego del cambio de hora de verano? Tal vez se les revuelva un poco el estómago o se sientan mareados.
  • Memoria: para concentrarnos, aprender y recordar, requiere de una serie de procesos que se realizan durante el sueño profundo. Así, fijamos lo que aprendemos durante el día y estamos refrescados para sumar nuevos conocimientos.
  • Dolor: si no dormimos, todo duele. Un analgésico fundamental, es un sueño de calidad.
  • Emociones: el sueño es un regulador emocional, nos ayuda a equilibrar emociones, ser menos impulsivos, más empáticos y superar nuestros miedos.

Hay más funciones pero es importante destacar éstas, porque ahora veremos patologías frecuentes en medicina de sueño:

  • Trastornos respiratorios del sueño: aquí se encuentra el ronquido y la apnea del sueño, que significa que el aire no entra bien a nuestros pulmones, y por consiguiente, a todos nuestros órganos les falta oxígeno. Las consecuencias de estos trastornos incluyen: hipertensión arterial, hígado graso, trastornos de memoria, de ánimo, infartos cardíacos, entre otros.
  • Síndrome de piernas inquietas: un nombre que no hace mucho honor a la condición. Se refiere a que hay una imposibilidad para dormir de noche causada por sensaciones desagradables que aparecen al estar quieto. ¿Cómo se duerme entonces si el no moverse “duele”? Estas molestias desaparecen durante el día, momento en que se puede dormir.
  • Fase retrasada de sueño: todos somos distintos, incluso respecto a nuestros ritmos de sueño. Hay quienes viven de noche y duermen de día, los llamados “búhos”. La terapia se basa en sincronizarlos con una sociedad que funciona de día.
  • Insomnio: el insomnio puro se basa en una alerta excesiva, en general por causa de preocupación, angustia, ansiedad. Los trastornos de ánimo y las tensiones tienden a alejar el sueño. Su terapia se basa en bajar el nivel de alerta.
  • Parasomnias: agrupo aquí cuadros como son el trastorno conductual del REM, esto se traduce en “actuar” lo que soñamos; el sonambulismo, que consiste en conductas automáticas como puede ser comer algo en la noche o cocinar, es peligroso, ¡imagina enciendes fuego!; o el movimiento periódico de extremidades, que son “saltos” de las piernas mientras dormimos.

¿Cómo cuidamos nuestro sueño y tratamos un trastorno?

El dormir se aprende, debemos buscar nuestros rituales propios, los cuales nos ayudan a bajar las revoluciones y darle permiso al sueño. Dentro de las recomendaciones generales para un buen dormir están:

1. Hora de despertar: no controlamos la hora que nos da sueño, pero sí a qué hora comenzamos el día. Si inicias tu día tarde, el sueño vendrá tarde.

2. Ir a la cama por sueño, no horario. No por acostarte antes, el sueño vendrá antes.  Evita la ansiedad de estar en cama y no dormir.

3. Preocúpate de calidad más que cantidad de sueño: si algo te quita el sueño, mejor dormir pocas horas pero reponedoras.

4. Cena: ten un espacio entre la hora que comes y el dormir, prefiere alimentos livianos para la noche. De lo contrario el reflujo afectará tu sueño.

5. Estimulantes: té, café, bebidas cola y mate, todos nos activan y quitan el sueño. Idealmente tomar estas bebidas hasta la hora de almuerzo.

6. Evitar actividades que activen en la noche, como trabajo, luz, pantallas, ejercicio, y preferir relajantes, como dibujar, leer, escuchar música, meditar, entre otros.

7. No hay receta de cocina, la clave es encontrar tus rituales.

Fármacos

Hay muchos mitos respecto a ellos. No debemos demonizarlos pero sí usarlos responsablemente y con un objetivo. Bien indicados son una herramienta muy útil para mejorar el dormir, pero si se usan mal, causan más daño que beneficios. Dentro de las reacciones adversas están según el compuesto: problemas de memoria, sonambulismo, somnolencia durante el día o dependencia.

Conclusiones

Los trastornos de sueño son diversos y tienen causas tan distintas como terapias. Te invito a consultar, pues estudiamos para encontrar qué es lo que impide que tengas ese sueño refrescante que buscas.

Escrito por Dr. Andrés Silva Ruiz
Neurólogo de Medicien, fellowship trastornos del sueño UC.

 

 

 

BIENESTAR EN PANDEMIA: SUEÑO Y DESCANSO

Bienestar en pandemia: Sueño y descanso

 

El sueño, en general, es una de las cosas más frágiles que atesoramos. Con normalidad muchas personas encuentran dificultades para dormir y tener hábitos saludables de descanso. Con la llegada de la pandemia por Covid-19, se ha generado un aumento en el cambio de sueño y descanso por la noche de muchas personas.

¿Qué consecuencias para la salud conlleva dormir mal?

El sueño es una necesidad biológica del organismo que permite restablecer durante la noche las funciones físicas y psicológicas esenciales para disfrutar de pleno bienestar al día siguiente. Por eso, no descansar las horas suficientes o no hacerlo en buenas condiciones acarrea numerosas consecuencias a varios niveles: cansancio, fallos de memoria y de razonamiento, peor humor, irritabilidad, ansiedad, un menor rendimiento en el trabajo o la escuela. La privación del sueño puede aumentar, incluso, el riesgo de sufrir accidentes de tráfico, domésticos y laborales.

¿Qué claves podemos seguir para dormir bien en tiempos de pandemia?

Existen aspectos que afectan a nuestro sueño y no podemos controlar, como ha ocurrido con la actual pandemia, pero sí podemos enfocarnos en lo que está en nuestras manos, como es la higiene del sueño.

  • Es recomendable seguir manteniendo una rutina de sueño lo más estable posible. Incluso, aunque no tengamos que despertarnos para ir a trabajar al día siguiente. Debemos procurar acostarnos y levantarnos a la misma hora, siguiendo el ritmo de sueño adaptado a la tendencia natural de nuestro organismo y al resto de actividades cotidianas.
  • En cuanto a los factores ambientales, debemos intentar cuidar la temperatura, el ruido y la luz de nuestra habitación, contar con un buen colchón y almohada.
  • Es importante, también, hacer ejercicio y comer saludablemente con un horario establecido. En las dos o tres horas antes de ir a dormir, no debemos cenar o beber copiosamente o hacer ejercicio intenso.
  • Igualmente, antes de ir a la cama, debes hacer un esfuerzo por evitar los dispositivos electrónicos.

 

 

 

CONSEJOS PARA CUIDAR LA PIEL EN VERANO

Consejos para cuidar tu piel durante el verano

 

La piel constituye el órgano más grande del cuerpo humano y por su gran superficie está expuesta a agresiones del medio ambiente, calor, sol e irritantes ambientales.

Al llegar el verano, muchas personas queremos tener un rápido, bonito y permanente bronceado. Y es frecuente que tomemos sol en forma exagerada y suframos sus consecuencias.

La exposición solar es fundamental para la vida, entre otros, favorece la síntesis de Vitamina D, mejora el estado de ánimo, mejora la inmunidad. Sin embargo, en grandes dosis se transforma en un elemento dañino, pudiendo producir inflamación (quemaduras), manchas en la piel (lentigos solares, melasmas), agravar enfermedades fotosensibles (por ejemplo rosácea, lupus) y potencia el envejecimiento y cánceres de piel.  Hay que tener presente que el daño solar es acumulativo a lo largo de la vida, por lo tanto sus cuidados deben comenzar a temprana edad y ser permanentes durante todo el año.

Un bronceado intenso y rápido, va precedido de enrojecimiento de la piel, lo que significa que hubo un proceso inflamatorio con vasodilatación y un daño de intensidad variable. Esto suele ir acompañado de deshidratación que se va a manifestar como descamación de la piel. Por lo anterior debemos de tomar precauciones para exponernos al sol:

  • La exposición debe ser progresiva y evitar tomar sol en horas peak de 11 a 16 horas en verano.
  • Usar ropa protectora, sombreros de ala ancha y lentes al estar expuesto al sol.
  • Usar filtros solares adecuados todo el año. En general se sugiere que sean de SPF 30 o más, este factor bien usado absorbe alrededor del 95% a 97% de la radiación UVB. Actualmente los filtros solares ofrecen protección para radiaciones solares ultravioletas UVB y UVA. La primera radiación es la que determina enrojecimiento, quemadura y bronceado rápido, la UVA tiene un efecto más lento, penetra en forma profunda a la piel y es responsable del daño a largo plazo como  envejecimiento, arrugas  y cánceres de piel. Esta UVA está presente todo el año, atraviesa los vidrios de ventanas por lo tanto su acción es continua, de ahí que se sugiere usar filtros solares todo el año y con protección para UVB y UVA.

La primera aplicación del filtro debe ser temprano en la mañana, aplicar en forma generosa en toda la piel expuesta, con la piel limpia y seca, poniendo cuidado en zona auriculares y retroauriculares, labios y zonas peri oculares. Como no todos toleran filtros en zonas peri oculares, se aconseja el uso de lentes con filtros.

En la vida diaria se sugiere reaplicar el filtro cada 3 a 4 horas; pero, al hacer deportes, estar en piscina o mar esta aplicación debe ser después de cada baño o después transpirar.

Debe aplicarse una cantidad generosa que cubra en forma pareja toda la piel.

En días nublados los rayos solares llegan igual a la superficie de la tierra, por lo tanto, el filtro solar se debe aplicar en igual forma.

Se debe evitar exponerse sin movimiento, tomar sol en forma fija o quedarse dormido. Lo ideal es caminar o descansar en áreas protegidas del sol. Siempre con filtro.

Niños menores de 6 meses nunca exponerlos al sol y tampoco deben usar filtros solares ya que su piel es muy fina, no tiene factores de protección adecuados y se irrita con mucha facilidad. Posteriormente se pueden usar filtros solares adecuados para esa edad, los cuales, generalmente tienen menos sustancias químicas y son a base de protectores físicos.

En resumen, para evitar daño por la exposición solar, siempre es importante seguir las sugerencias señaladas arriba, mantener una buena hidratación de la piel y del organismo, aplicar filtro solar en forma correcta, usar ropas cómodas y acompañar con sombreros de ala ancha y lentes protectores.

Escrito por la Dra. Ximena Raggio Miranda
Dermatóloga en Medicien.